jueves, 12 de mayo de 2016

Qué tal andas de PACIENCIA

Según el diccionario: “Paciencia es la actitud que lleva al ser humano a soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien, material o espiritual. Las personas con paciencia, saben esperar con calma que las cosas sucedan.”

No podría estar más de acuerdo con esta definición y me gustaría añadir, como especialista en Gestión Emocional, que la paciencia, junto con la ira, la tristeza o el miedo, se controlan mediante la Inteligencia Emocional.

Las personas inteligentes emocionalmente (no me refiero a las que tienen dos carreras y un master) sino a las que usan de forma inteligente sus emociones, hacen que sus emociones trabajen para ellas, utilizándolas de manera que les ayudan a guiar su conducta y los procesos de pensamiento a fin de alcanzar el bienestar personal.

Con esto, ¿qué quiero decir? Pues sencillamente que las personas que saben gestionar sus emociones consiguen el auto-control, ellas controlan sus emociones y no al revés.

EJEMPLO: Imagínate a una madre que está cuidando a su hijito en el salón de su casa. Ella está planchando, vigilando la comida en la cocina y al mismo tiempo contestando un whatsapp.

Carlitos lleva toda la mañana quejoso, le duele la barriguita y no está a gusto ni sentado, ni de pie, ni acostado y al final como ve que la madre no le hace caso, empieza a llorar. María, deja el teléfono de mala gana y le grita que se calle, la plancha casi se cae y oye como la olla está empezando a hervir y debe ir a echar la pasta….María pierde los nervios y empieza a gritar, gesticular y el niño empieza a llorar más fuerte……

¿Os suena esta imagen? Seguro que sí.

De acuerdo, así se comporta María, pero ¿cómo se comporta una madre con la suficiente Inteligencia Emocional para controlar sus emociones y reaccionar de la forma más adecuada, para ella, para el niño y para el bienestar de los dos?

Una persona con auto-control, sabe que por norma general, no podemos evitar que las cosas buenas o malas sucedan a nuestro alrededor, pero si podemos gestionar, la forma en que nos afectan, por tanto si a mí me llaman por teléfono a las 2 de la mañana por error, tengo dos opciones, enfadarme y ponerme como una energúmena porque debo levantarme al día siguiente a las 5h y ya no pegar ojo en toda la noche. O tomármelo con calma, levantarme, tomarme una tila o un vaso de leche para relajarme y volver a la cama para continuar durmiendo.

Ahora que ya sabéis el secreto, podemos volver con María y valorar cuál sería la mejor reacción. Piénsalo tú, y después sigue leyendo.

María y Carlitos:
En el caso que nos ocupa (María y su hijito) creo que la mejor forma para entenderlo es comparándolo con el trabajo de oficina (las que habéis trabajado en una, me entenderéis). En un despacho profesional hay mil tareas que resolver: pasar informes, coger el teléfono, escribir emails, contestar, hacer fotocopias, realizar informes, estadísticas, etc. etc. Y si eres una buena administrativa sabrás que lo primero que hay que hacer, es priorizar: lo urgente, lo importante, lo prioritario…. Pues en casa es lo mismo, si debéis hacer cuatro tareas, debéis priorizar y hacerlas por orden y si hay que solaparlas valorar la más importante, para que en caso de necesidad saber cuál dejar y ocuparnos de la otra.

Es evidente que María no tiene mucho autocontrol sobre sus emociones, porque si lo tuviera, no habría reaccionado de la forma que lo ha hecho, si supiera gestionar sus emociones:

·         Habría tenido más empatía hacia Carlitos, y se habría dado cuenta de que era normal que el pobre llorara y si hubiera reflexionado un poco, se habría dado cuenta que de todas las tareas que estaba realizando, la más importante era la de cuidar al niño.

·         Es normal que si estás haciendo muchas cosas al mismo tiempo, alguna de ellas salga mal. No puedes estar mirando la TV y estudiando y contestando al teléfono, porque al final seguro que suspendes.

·         Sabrías qué emociones experimentas y por qué. Si llevas todo el día alterada por alguna cosa y no has sabido bajar el nivel de estrés, no realices cinco cosas al mismo tiempo y cuides a tu hijo, porque hasta el niño se dará cuenta de que la cosa acabará mal.

·         Sabrías reconocer tus puntos fuertes y débiles, para trabajar unos y potenciar los otros. Si se te da bien leer, aprovecha que tienes que estar con tu hijo y léele algo, seguro que si es muy pequeño, le dará igual que sea un libro de aventuras que de poesía.

·         Pensarías con claridad y no perderías el control cuando estuvieras bajo presión.

·         Socialmente estarías equilibrada y comprenderías los sentimientos y preocupaciones de los demás así como su perspectiva.

RESUMIENDO: Para tener auto-control sobre tus emociones, primero tienes que identificar y comprender las emociones que tienes a lo largo del día. Una vez sepas que emociones te embargan habitualmente, identifica y comprende las emociones de las otras personas, es decir sé empática con los demás y más positiva, lo que te llevará a tener mejores relaciones y poseer buenas habilidades sociales.

Te propongo un ejercicio para saber cómo tienes tu Inteligencia Emocional y qué deberías trabajar para mejorarla.