lunes, 12 de noviembre de 2012

Discusiones de pareja


Según el psicólogo Daniel Goleman las mujeres afrontan con mayor facilidad que los hombres las discusiones de pareja, ellos tienden a encerrarse en si mismos mientras que ellas tienden a criticarlos. De forma general, los hombres y las mujeres necesitan remedios emocionales distintos y su recomendación es que los hombres no traten de eludir los conflictos, sino que en cambio intenten comprender que las demandas de atención de su pareja o sus muestras de disgusto pueden estar motivadas por el amor y por el intento de mantener la fluidez y la salud de la relación (generalmente).
Ellos han de comprender que el enojo y el descontento no son sinónimos de un ataque personal sino simples indicadores de la intensidad emocional con que ellas viven la relación.
Ellas deberían hacer el esfuerzo para no atacarlos personalmente, una cosa es una queja y otra muy diferente es una crítica o una expresión de menosprecio personal. Las quejas no son ataques al carácter, sino tan solo la afirmación clara que una acción concreta resulta inaceptable. Las agresiones personales suelen provocar la reacción defensiva y el cerramiento por parte de él, la cual cosa sólo contribuye a aumentar la sensación de frustración y a provocar una escalada de violencia.
Una formula muy efectiva para evitar que las discusiones suban de tono y se nos vayan de las manos es: tomar el pulso a la vena carótida (que se encuentra a unos pocos centímetros debajo del lóbulo de la oreja y la mandíbula). El número de los latidos durante 15 segundos multiplicado por cuatro, nos da la media de las pulsaciones cardíacas por minuto. El aumento de unos 10 latidos por segundo por encima de la media constituye un claro indicador que se está en peligro de experimentar un desbordamiento emocional. En este caso es aconsejable hacer una pausa de unos cinco minutos antes de continuar hablando para evitar que esta excitación se convierta en algo peor.
Si los dos están de acuerdo en evitar esas subidas de tono, se pacta una señal para indicar tiempo muerto y retomar la discusión cinco minutos más tarde, contribuyendo a que el otro recupere su control emocional. 
La empatía consiste en descubrir los sentimientos reales que hay dentro del mensaje verbal del otro y es la manera más eficaz de escuchar sin adoptar una actitud defensiva. Según Goleman, cuando un miembro de la pareja expresa una demanda, el otro debe repetirla con sus propias palabras tratando de expresar sus pensamientos y los sentimientos implicados en la demanda, con ello se consigue que el primero se sienta comprendido y que comporta una armonía emocional que puede evitar fácilmente el enfrontamiento abierto entre los dos.
El aprendizaje y la práctica de todas estas respuestas emocionales son básicas para que salgan de forma automática en momentos de crisis, por tanto las deberemos hacer nuestras para que formen parte de nuestro repertorio emocional y con ello evitar la desintegración de la relación, ya sea de pareja, de amistad o familiar.

Extraido del libro: Inteligencia Emocional (D. Goleman)  Kairós

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